LAS PRUEBAS DE LA VIDA (POST 69 DE INTELIGENCIA EMOCIONAL)


Queridos amigos, el tema de hoy es “Las Pruebas de la Vida” y va dedicado con muchísimo cariño para mis especiales y mágicos amigos, Ezequiel, Aida y Milagros.

Durante nuestro paso por estas tierras, el camino no siempre es color de rosa. Y es que la felicidad a diferencia de los que muchos creen, se basa en hacer las cosas que nos dan alegría y saber que se hace lo correcto y da paz.

Y en ese camino, el hombre necesita desarrollar su fortaleza, esa que le servirá para levantarse cuando caiga sin dejarse derrumbar. Lograrlo es un proceso, que involucra desarrollar el sentido profundo de la fe y del conocimiento del interior.

He podido escuchar a personas decir cosas como “Yo perdí la fe porque Dios no me ayudó en esto o aquello o porque se fue de mi vida tal persona” y siempre me digo : “Si supieran que pierden o no obtienen lo que quieren por una razón poderosa que deben de aprender”.

Y por ello, desde Zéfiro, quiero expresar el significado de las “Pruebas de la Vida”.

1.- Cuando se siente que se experimenta un mal momento a nivel laboral, como por ejemplo un despido intempestivo o ser acusado de algo de lo que no se es culpable surge el espanto, la indignación, la ira y le miedo. Y no todas las personas saben salir airosas de estas vivencias, se derrumban, pierden la fe en sí mismos y no saben que camino iniciar, se vuelven como ciegos y todo les parece sombrío.

Aquí la prueba radica en no perder la autoestima, reconocer que si existen personas capaces de dañar a cualquier nivel, del respeto y seguridad que inspiremos dependerá el trato que recibamos. Si está en nuestras manos demostrar que no se ha hecho algo malo en el trabajo y que nuestras labores han sido óptimas debemos luchar por decirlo, por pedir explicaciones que se merecen

Y si fuese que se trata de un despido con pretextos de cambio de áreas u otros temas es preciso valorar y agradecer a la vida y a Dios el tiempo que nos duró aquel empleo sin sentirnos condenados al fracaso. Si elegimos pensar que nos despidieron porque no se es capaz en nada, tal actitud solo traerá mayor inseguridad y será complicado reinsertarse en el mercado laboral.

Y también es importante y necesario asumir los errores con entereza, anotarlos y decidir erradicarlos con voluntad. De nuestras manos depende salir airoso de esta prueba y solo habrá perdido quien se esconde dentro de sí mismo a rumiar y navegar sobre su pena y decepción.

Piensen en cuanta gente pasó malabares y tragedias antes de ser lo que son, antes de poder hallar su camino de servir con dignidad. Y es que también es importante reconocer que existen hombres presos de la envidia y harán lo que sea para poner zancadillas en el camino a hombres de lucha y fe, por tanto es preciso orar muchísimo, ofrecer el oficio al señor y pedirle luz, creatividad y tolerancia para caminar por lo que se sabe vale la pena y son nuestras metas de manera honesta.

2.- Perder un familiar o ser querido porque falleció es otra situación que a muchísima gente le cuesta asimilar. Y es que a veces ocurre de pronto, sin que la persona haya estado enferma o por accidentes, etc.

Y si la persona que partió era muy joven o una criatura, los familiares entran en pavor y el dolor los hace decir que Dios no existe más, que no es justo vivir aquello y que la persona no merecía ese fin.

Y es que quizá solo con el tiempo se logra comprender que tras toda partida, la vida de alguno o todos los miembros de la familia puede cambiar para bien porque el dolor une a quienes estaba desunidos (as), estimula a tener empuje y retomar metas. Por ejemplo, cuando un hijo pierde a sus padres, muchos de ellos asumen luchar más, se ponen metas porque anhelan que sus ahora ángeles progenitores vean desde donde estén que su lucha por ellos en vida no fue en vano.

Es importante aprender a reconocer que el cuerpo parte sin poderlo evitar cuando tenga que ser y que nadie es culpable de ello y pensar que nada ocurre por azar, todo dolor y pérdida trae una renovación de sí mismo; la muerte solo es el camino por el que todos pasaremos cuando culminada esté nuestra misión.

Llorar por alguien que partió por años no es vivir, vivir es hacer de su recuerdo y de su espíritu una compañía, un susurro que alegre los días y nos sirva de consuelo cuando los días no sean tan buenos o felices y también saber que los seres que amamos están con nosotros para celebrar, para sonreír cuando así ocurra porque todo el amor que vive en el alma jamás es estéril.

3.- Padecer una enfermedad es quizá la prueba de fe más dura de manejar para muchos porque no solo involucra al enfermo (a). Si una persona padece un mal necesita cuidados, atenciones, comprensión, entrega y amor. Pero quien carga la enfermedad tiene el reto de asumir lo que padece con entereza y solo de su actitud, decisión y fe dependerá la vida futura que tenga. Muchas veces los familiares se quedan impotentes, agotados, lo han hecho todo, pero esa persona enferma decidió ir muriendo día a día, no tiene fe, no tiene metas, no asume lo que padece con humildad. Y cuando no hay humildad todo mal se ve como condena, todo mal es un peso.

Mientras que hay otras personas que han hecho de su enfermedad el motor de sus metas ahora. Muchos se han vuelto gente luminosa, han creado, han ayudado a otros ¿qué cambió?, la actitud, uno decide encender la luz bajo las sombras o quedar perdido y vivir con decrepitud.

Y a la gente que tiene familiares enfermos les digo que si hoy velan por alguno ello no significa que son condenados, todo tiene su tiempo y su fin. Todo pasa, y recuerdo mucho a un taxista que me contaba que su niño había nacido con síndrome de Down y que pese a ser su único niño le agradecía muchísimo a Dios el haberlo tenido. Y es que este mágico señor ahora ayuda a otros padres y ha creado un club para estos pequeños tan dulces y se siente tan aliviado y feliz de ver a su hijo jugando que nota que su dolor tenía razón.

No importa la enfermedad zeferinos, reconozcan que si la padecen es por algo y si les tocó ayudar a alguien en ella también existe una razón. La idea es que aprendan a dar, a servir sin quejarse, sin renegar y cuando la fatiga o el dolor los visite les queda correr a orar mucho, a hallar consuelo en ese Dios maravilloso que siempre les enviará lo que más necesitan y lo que menos esperan, todo a su tiempo, todo programado para tu mayor bien.

Y aquí hago un alto para pedirles orar por la salud de mi querida amiga Aida Balta quien ahora pasa por una prueba de fe a nivel salud.

“Aida querida, sabes bien que todos los que te amamos estamos contigo y tus alumnos te esperarán como siempre, así como tu escritorio y tu pluma mágica porque si tus novelas de juventud hicieron emocionar a miles, las que vengan los harán renacer y como conversamos, sabemos que esto también pasará y tu risa transparente y ese corazón enorme que Dios te regaló ahora es más fuerte y esa locura que siempre has compartido con tu gente y con quienes apenas conoces crecerán en ti.

No temas amiga, ya miles de manos se extendieron para ti y nuestras oraciones y luchar contigo en esta prueba es algo que nos une y renueva en la profunda amistad que por décadas nos une. Sigue como hasta ahora, con mucha fe y firmeza para pasar esta prueba con humildad, sabes que lo lograrás porque Dios jamás te abandona y los ángeles te aman.

No olvides que te adoro y admiro desde siempre, que tu risa , ingenio, misticismo y bondad son la magia que el señor me regaló para levantarme muchas veces y hoy reiré , escucharé y estaré contigo, como siempre.

Fueza Ezequiel querido, así me gusta, verte pilas y animado, luchando con la energía y luz que tu bella alma alberga para bien de tu madre y millones de gracias querida Milagros por estar tan cerca de Aida para cuidarla, tanto como solo mágicamente Dios lo ha previsto porque sus hijos buenos nunca están desamparados.

Y querida amiga, se que Mili te imprimirá este post y te hará escuchar esta canción que tanto te gusta y con esta letra que dices es mágica como la prosa y poesía que escribes.


Ya saben lectores, las pruebas de la vida nos hacen más fuertes y nos llenan de luz, aprenderlo no es fácil, pero paciencia… todo tiene su momento.

Que tengan un lindo día y no se olviden jamás de los enfermos, visítenlos alguna vez y regálenles un poquito de su tiempo, mucho amor y verán que verlos reír los llenará de energía y paz.

Manjarí (Bendiciones)

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