Queridos amigos, el tema de hoy es “A los Padres” y va dedicado en esta fecha especial a los padres que por diversas razones no están con sus hijos por enfermedad, fatalidad, labores o discrepancias. Y también a los que ya no lo tienen a su lado porque partieron a otra dimensión.
Nadie nace sabiendo cómo ser padre y cuando a un hombre le ocurre la gracia de serlo, sin duda, su vida cambia por completo porque debe asumir responsabilidades con amor y voluntad.
Muchos personas, familiares y extraños juzgan a los hombres que llaman malos padres, pero quizá no son capaces de comprender que los hombres van aprendiendo en el camino y que de su formación en la niñez y del amor que recibieron, así como de la instrucción y valores inculcados dependerá el tipo de padres que serán en el futuro.
Sin embargo, la fuerza del amor brinda la luz y sabiduría necesaria para que un padre les de a sus hijos lo mejor que puede.
Desde Zéfiro quiero decirles, en especial a mis alumnos que tu padre no es mejor persona porque te da más dinero, ni porque te regaló un auto, nada de eso, tu padre vale por el hecho de serlo y por amor que te da, por su consejo y por enseñarte a vivir en estas tierras desde pequeño.
Por ello:
1.- Recuerda siempre a tu padre por sus consejos, escúchalo siempre y cuando vaya envejeciendo conversa aún más con él, no te pierdas la oportunidad de aprender y compartir mutuamente.
2.- Si tu padre está enfermo trátalo con más amor aún, regálale el humor, el entusiasmo y transmítele la fe que puede tambalear en él por miedo. Un ser enfermo se parece a un niño desprotegido, necesita más consuelo, más abrazos y más atención, solo el amor devuelve la esperanza.
3.- Si tu padre está por algún error que cometió en prisión o zozobra no lo juzgues, perdónalo, perdónalo desde el fondo de tu corazón y visítalo. Nunca cierres tu corazón a alguien en desgracia, mucho más si es de tu sangre, si es tu padre. Da aún con tu dolor, aún con tu incomprensión. Te aseguro que cuando veas a tu padre sonreír y mirarte con dolor en aquel lugar te sentirás más en paz, caminarás comprendiendo que en la vida se debe estar con los que se ama en las buenas y las malas.
4.- Si tus padres son separados o divorciados, no formes ningún bando. No condiciones tu amor, solo bríndalo, no lo pierdas, no rechaces el acercamiento de tu progenitor, no lo hieras porque no vive contigo. Si está siempre en consejo, te busca y se preocupa por ti intenta comprender que si no está con tu madre es porque lo decidieron antes de seguir dañándose o porque uno de los dos decidió que esa separación le daba más paz.
5.- Si tu padre partió a los brazos del señor, recuérdalo siempre, con cariño, con orgullo. Visita tu lugar de reposo con frecuencia y háblale en tus oraciones diarias. Tu padre es ahora un ángel más, uno que Dios te regala para acompañarte siempre, más allá de todo tiempo.
6.- Si tienes la suerte de tener a tu padre en plenitud de condiciones, escúchalo siempre y si ves que necesita hablar, permítele que lo haga contigo. Aprendan mutuamente, sean cómplices y regalen alegría y ternura a los demás.
7.- Sino pudiste conocer a tu padre por razones ajenas a ti, no lo maldigas, no digas cosas malas de él. Reza por él aunque no lo hayas visto jamás, reza por su bien y has de tu dolor una enseñanza, una que te debe hacer fuerte para amar y ser recto. No eres el único que vive esto, pero quizá te tocó pasarlo para convertir la tolerancia en compasión y perdón.
A todos mis amigos, familiares y lectores de Zéfiro que son padres, les envío un abrazo grande y una oración por ustedes hoy y siempre. Que Dios los colme de sus dones para caminar con fortaleza y sabiduría, sabiduría para amar a sus hijos y ser lo que ellos necesitan.
Y aquí hago un alto para decirle a mi padre:
“Eres uno de los hombres que más admiro en esta vida. Todos los días le agradezco al señor porque existes para mí, por ser tu hija. Millones de gracias por tu forma de ser, por tus llamadas telefónicas sorpresivas cuando sabes que la necesito y por reclamarme con dulzura si desaparezco y no me ves, por decirme que soy una loca linda como mi abuela , gracias por conocerme tanto, por leer mi mente a la distancia, por querer a mis amigos (as) y tratarlos tan lindo como lo haces, por tu cariño y preocupación excesiva. Sé que para ti siempre seré pequeña y sin darte cuenta intentas protegerme en exceso. Gracias por las lindas charlas que tenemos, por tus locuras cuando salimos, por no ser común ni normal en el buen sentido de la palabra, por nuestros pactos secretos y bromas que les hacemos a muchos solo para verlos reír, y por tus críticas constructivas en mis labores, por el consejo persistente. Tengo un padre inteligente, mágico, divertidísimo , osado y sobre todo bondadoso. Gracias por comprender y callar, callar cuando sabías que necesité solo tu silencio y por tratar a mi madre como a una reina, como se lo merece.
A mis abuelos maravillosos que ya no están conmigo en cuerpo, pero si en espíritu solo me queda decirles: Son los ángeles más lindos que acompañan mis días, gracias por conectarse conmigo siempre, por sus mensajes, por haber dejado en mi mente y alma huellas de su sabiduría, parte de lo que soy en profesión se los debo a los dos.
Lindo domingo a todos.
Manjarí (Bendiciones)
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