Queridos
amigos, el tema de hoy es “Adolescentes y el uso del dolor como manipulación” y
va dedicado con mucho cariño para Joel, Katye, Ignacio y Guillermo, quienes
esperan este post.
Una de las
situaciones más penonas que lamentablemente se están volviendo costumbre en
estos tiempos es observar que cada vez existen más adolescentes y jovencitas
(os) que se hacen cortes en las muñecas, piernas y abdomen como acto impulsivo
incontrolable cuando sienten frustración elevada y dolor emocional.
Para muchos
especialistas, cuando esto ocurría generalmente podía ser uno de los rasgos de
las personalidades “Borderline” (Trastorno límite de la personalidad), además
de ser impulsivos, inestables y con necesidad constante de llamar la atención y
temer profundamente al abandono y elevada tendencia a la dependencia afectiva.
Sin embargo,
hacia el año 2003 se lanzó la película “A los trece” que plasmaba de modo
espantoso la manera en que adolescentes de 13 años caían en estilos de vida promiscuos
y practicaban las auto – laceraciones (cortes) en diversas zonas del
cuerpo. Y el año 2006
aparece el libro diario llamado “Abzurdah”, escrito por la argentina Cielo
Latini, quien padecía anorexia y bulimia y se convirtió en un boom de venta
para las adolescentes.
Y siempre
diré como docente y coach ontológico que cuando alguien sin base emocional y
guía en casa lee o ve algo inadecuado, termina cayendo en el llamado proceso de
alienación, imitación y pérdida de la identidad. El tiempo ha pasado y hoy
muchos terapeutas reciben en consulta chicas y caballeros que se cortan.
Un
adolescente de 13 años me contaba que su amiga del colegio se había cortado con
un cuchillo la muñeca frente a un chico del aula diciéndole: “Mira, como no me
quieres, dices que no me quieres, entonces mejor me muero”. La chica había
usado el cuchillo para cortar fruta que había llevado en la lonchera. Y una vez informadas las autoridades del
colegio, no se tomó medida alguna, solo sugerir a sus padres llevarla al
terapeuta.
Resulta que
se ha convertido en una moda escabrosa y trágica el aumento de las
auto - laceraciones en adolescentes, así
como de los índices de bulimia y anorexia. ¿la razón?: Padecer de intolerancia
a la frustración, apego afectivo y pésima comunicación con los padres y
tutores, así como vivencias hostiles en el hogar, madres y padres consentidores
que pagan con objetos por culpa el tiempo y palabras que no se preparan para
expresar ante sus hijos.
Adolescentes
que viven tomándose fotos para Instagram, salen a las calles a buscar amor
eufórico, cayendo en precocidad sexual y caminando sin manejo emocional,
aumentando así la baja autoestima, obsesiones y necesidad de manipular en el
hogar y entorno para cumplir con sus caprichos. Y muchos padres sienten
vergüenza de hablar del tema, en los colegios se oculta la situación y las
asesorías emocionales parecen ser solo de cartel, pero no llevarse a cabo con
los alumnos en más colegios de los que se imagina.
Por tanto,
desde Zéfiro les informo que la intolerancia a la frustración implica “No
soportar un No por respuesta, el fracaso y la pérdida, con rabia, ira ante lo
que se cree perder y surge por diversos
motivos:
-
Causas
genéticas
-
Traumas
en la infancia (ataques sexuales, miedo al abandono, maltrato paterno o materno
con gritos).
-
Sobreprotección
al menor sin guiar y educar con el ejemplo.
-
Mala
alimentación y trato hostil de los progenitores en el hogar.
-
Tendencia
adictiva de la persona.
Los medios
de comunicación nos brindan información de todo tipo, pero sin orientación,
cintas y libros como los que he mencionado se convirtieron en fuente para
imitar lo negativo. Vi la película que les indico y leí el libro y en ambos
sinceramente se vende la idea de evadir el dolor destruyéndose y se apela a la
manipulación como forma para evadir los miedos.
Hoy, muchos
de los adolescentes que padecen intolerancia a la frustración arman líos de
terror a sus padres cuando se les niega algo, rompen cosas, tiran la puerta,
vomitan, se cortan, etc y los padres sin entrenamiento ya no saben cómo actuar
y muchos van a terapia y quedan tan en pánico que intentan tapar el problema
con regalitos extraños a sus hijos como más tecnología para por ejemplo jugar
Pokémon.
¿Qué deben
hacer los padres y tutores?
1.- Desde la
endofasia, etapa en que los niños elaboran pensamientos concretos (3 años o un poco antes en niños muy desarrollados) leer a sus niños
textos especiales con valores y dejar de lado solo los de la industria de
Disney. Un niño que recibe guía y ejemplo, entrena la cultura emocional y se le
explica sobre cómo siente, qué siente y cómo piensa sobre sí mismo será un niño
seguro y con deseo de ser mejor cada día.
2.- Guiar a
los hijos desde niños con amor y respeto, corrigiéndolos sin usar adjetivos
calificativos negativos como: “¡Eres un inútil!, ¡cállate cuando hablo y todo
es porque lo digo yo”, “¡nunca haces nada bien, hazlo otra vez!”, etc. Y es que
precisamente exigir perfección a los niños, adolescentes eleva la ansiedad,
baja autoestima y miedo a la crítica que con el tiempo se refleja en la llamada
“Procastinación” (Postergación de metas).
3.- Enseñar
a los menores la importancia del respeto, honestidad, humildad y generosidad
con el ejemplo y además leyendo con ellos material que los aborde como
revistas, libros y películas de profundo contenido. Es importante conversar con
ellos y darles tiempo de calidad, escucharlos y explicarles cómo surgen
determinadas emociones.
4.-
Hablarles del dolor inmerecido e inmerecido: Uno de los errores más frecuentes
que comenten los progenitores por querer evitar sufrimiento a sus hijos es
hacer todo lo posible por alejarlos del dolor
y frustración, creándoles un mundo ideal y utópico que no calza con lo
que han de toparse precisamente con los años.
Es
importante que los menores tengan claro hasta dónde puede llegar una persona
equivocada por ausencia de valores, fe e inseguridad. Y mucho más aun,
ayudarlos a ser expresivos y comunicativos, a defenderse con la palabra y
educación y mantener la dignidad. Si
esto se diera no veríamos tantos casos de maltrato entre compañeros en la escuela.
5.- Si uno
de los progenitores padece problemas de impulsividad, agresividad o mala
comunicación debe tratar de sanarlos terapéuticamente y con además guía espiritual,
porque nadie puede dar lo que no tiene ni aprendió y mucho menos ser ejemplo
para un menor si su proceder es insano y no maneja ciertas emociones.
6.-
Felicitar a los menores por sus logros con frases adecuadas y premiarlos no
siempre con regalos costosos. Enseñarles el valor de los detalles como un
fuerte abrazo, caminar con ellos, ser cómplice en alguna actividad y decirles
que solo esperan que en tierras de paso sepan hacer uso de sus dones, talentos
y ser fuertes con fe por dentro para cada día dar lo mejor de sí y construir su
felicidad que no es ni tiene que ser igual a la de la masa o lo que indican los
medios de comunicación.
7.- Buscar
urgente y constante ayuda terapéutica si
notan actitudes extrañas en sus hijos como: mutismo permanente, manías y
obsesiones con la comida, estados constantes de agresividad e impulsividad,
apatía alta y problemas para despertarse así duerman temprano, etc.
8.-
Hablarles a los menores sobre el real sentido de la “belleza”, abordando lo que
habita en el interior, la esencia y explicándoles claramente las caras del ego
y narcisismo nocivo que roba la identidad en tiempos modernos.
9.- Cultivar la oración y la fe profunda y genuina en el hogar, porque solo quien se ama como enseña el creador, respeta su vida, a los demás y lucha por ser una buena persona cada día.
Siempre diré
que quien no se prepara a todo nivel posee más problemas en la vida para salir
adelante y es menester de los padres, educadores y profesionales de la salud
emocional el dar alertas de problemas que van en aumento.
Por presión
de grupo, deseo de inclusión y miedo al aislamiento, los adolescentes y jóvenes de hoy están en alta
escala viviendo de modo inadecuado con actitudes extremas en la conducta y hacen en muchos casos uso de la manipulación
y las conductas extremas para desfogarse de su supuesto dolor insoportable.
Una
adolescente de 14 años me contó en consulta que ella se cortaba porque vio que
una amiga suya lo hacía. Y cuando tuvo un episodio donde se sentía impotente y frustrada, se le ocurrió la
idea de imitarla y fue por la misma actitud sin meditar aquello que haría. Y este post es
un aviso de atención para que los que pasen por mi blog, Zéfiro, se informen,
reflexionen y tomen cartas en el asunto sobre los adolescentes.
Invoco
además a los docentes y los especialistas a escribir sobre el tema, crear
foros, charlas del tema y dar apoyo a los padres y tutores. Los tiempos modernos son complejos, pero
básicamente existe una pérdida de valores que es penosa y trae consecuencias
terribles y desgracias en muchos hogares.
Ahora les
dejo esta canción, complaciendo así a una adolescente de 13 años que atiendo y
me pidió colocar esta canción como homenaje a la cantante que falleció precozmente
a manos de la violencia irracional. Me contaba la muchachita que gracias a la
música avanzaba cada día en su renacer y sanación.
Que tengan
una bella semana, ángeles para el camino, luz para sus proyectos y no olviden
orar y amar como enseña el creador
Manjari
(Bendiciones)
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