Queridos amigos de Zéfiro, el tema de hoy es “ Los efectos de la carencia de conciencia y valores esenciales” y va dedicado para Lucía, Verónica, Javier y Braulio, quienes esperan este post.
Si bien en estos tiempos la banalidad aumenta, la competencia enfermiza por demostrar estatus destruye las relaciones interpersonales y el amor real va perdiendo mayor terreno para darle paso al vacío emocional, el hombre debe mirarse y reconocer quién es, hacia donde va y recordar que fue creado para ser feliz, pero no dañando a nadie.
Y en consultas de coach emocional, talleres de grupo y
las diversas asesorías que brindo he ido observando sin asombro, pero con
lamento, como va en aumento la evasión de la conciencia y la anulación de los
valores, porque no se inculcaron, no interesa aprender y tampoco existe
reflexión hasta que no se llega a manos del terapeuta. Y hoy, desde Zéfiro
veamos juntos, las formas más comunes de estos tiempos de vivir sin conciencia
y sin reflexión.
1.- Buscar obsesivamente vivir en el placer, dejando de
lado la realidad y la responsabilidad de asumir roles. Ocurre cada vez más en
damas y varones con hijos, pero viven sumidos en la enfermiza obsesión de salir
airoso (a) en una relación incorrecta e ilícita, haciendo de la mentira
constante, la infidelidad y el descaro ante sus hijos algo parte del día a día,
porque no lo piensan, ni lo reflexionan y todo en sus vidas camina de cabeza
por apego absurdo a personas deshonestas y también enfermizas que los eligen de
blanco para ser usadas (os)
Madres jóvenes que son amantes siendo casadas, hombres
casados que viven saliendo con más de una mujer para alimentar el ego, etc se
van haciendo costumbre y se comenta con los amigos como si fuese una acto de
genialidad, cuando en realidad implica manchar el linaje, perder el don de
gente, pisotear la palabra dama y perder totalmente el autoestima.
Y los hijos observan lo deshonesto, las peleas
interminables, el desamor, la hipocresía, porque no se puede ser quien no se es
ni vivir fingiendo y mantienen hogares dañados sin conciencia, sin real propósito
de mejoría y no se puede llamar hogar a lo que es un caos cotidiano.
2.- Buscar el interés como estilo de vida: Conseguir todo
de manera fácil, buscar una persona que les arregle la vida existió siempre,
pero en estos tiempos, resulta impactante y escandaloso.
Observaba a una jovencita que antes usó a un tipo
inestable y de baja autoestima hasta dejarlo endeudado por ella y luego de que
la dejaron, buscó otro hombre igual para usar. Y esto se da con más frecuencia
en personas sin empleo fijo, sin voluntad, sin ganas de superación y sin
voluntad, porque se asemejan a los parásitos para vivir de otros y carecen de
mundo propio y empuje sin conciencia y vivir de las apariencias es lo que los
mueve emocionalmente.
3.- Evadir mirarse para proceder según las exigencias
emocionales: Nadie es perfecto, pero que triste es observar tantas personas que
actúan con deshonestidad, no se inmutan ante quien dañan y no respetan a nadie
ni la condición que viven. Desde las diversas esferas, la deshonestidad para
fines egoístas camina sin pausa en labores, hogares y los sentimientos sin
valores solo son euforia y deseo momentáneo que solo tras perder y dañar las
personas equivocadas podrán ver.
4.- Ejercer profesión sin pasión, sin fuerza y sin
respeto por el servicio: Indiferencia, rutina, manipulación, burla y ventaja es
lo que mucha gente llamada profesional del rubro que sea brinda cada día,
porque sus prioridades son solo banales o porque la amargura y la frustración
saca lo peor de sí mismos. Por ejemplo, docentes que dejaron de prepararse y no
se esmeran por dar lo mejor de sí, especialistas de la salud que no tienen
paciencia ni para escuchar y menos para esforzarse por guiar realmente a sus
pacientes porque sus mentes no se centran en ellos realmente, personas con
poder que hacen de la corrupción una decisión porque la mayoría lo hace. Y escudarse tras un rango, lugar o posición es
sencillo, pero siempre llega un momento en que el tiempo hace su parte y nadie escapa
ni escapará de las consecuencias de sus actos.
5.- Comunicación insana, plagada de mensajes ambiguos,
juegos patológicos con el prójimo por el deseo de poder, control y alimentar el
ego que aumenta en la masa como pandemia. Y cuando las personas carecen de
autoestima, pensamiento claro, convicciones y fuerza interior, sucumbe a este
tipo de actitudes y camina por la vida dañando, dañándose y excusándose siempre
en el miedo, ignorancia o sencillamente en los malos momentos.
6.- Aumento de la promiscuidad y exposición narcisa para
estimular el deseo y bajas pasiones. Y en aplicaciones de chat invertir tiempo
en exponer el cuerpo en incontables fotos para desatar erotismo (salvo que sea
parte del trabajo de modelaje de una persona), cada día se ve en personas más
menores y el culto a cuerpo y la necesidad de generar excitación en otros es la
consigna.
Es así más
distante el respeto y decoro y lo que representa una dama y caballero real. Y
es que libertad no implica excesos ni ser quien no se es, pero cuando tanta
gente se pregunta sufriendo en consulta ¿por qué no los valoran?, cuando el
terapeuta les dice las razones, pareciera que en primera instancia no lo
aceptan, pero con el paso de las terapias terminan por asumir que estar vacíos
por dentro, sin sueños reales ni mundo propio los lleva a ser quienes no son o
luchar por elevar el ego por miedo al fracaso y rechazo.
7.- Padres indiferentes y sin voluntad por brindar guía
real a sus hijos: Regalar un video juego desde que los hijos son pequeños, no
ser capaces de leerles ni un cuento, hablar con ellos solo para ordenar,
alimentarlos con lo que es más fácil, exigirles que sean lo que ellos no
fueron, criticarlos por su cero paciencia y vestirlos bonito para la foto, pero
abandonarlos en la real y buena comunicación con valores es lo que va en
aumento.
Las consecuencias: hijos procastinadores, no
responsables, con más casos de ludopatía, ansiedad, ansiedad alta, problemas de
concentración, miedo a tomar decisiones, lenguaje banal y alienado, sin
claridad en cómo vivir son las consecuencias más comunes
Y si bien nadie mejora de un día para otro, de nada vale
decir que se hace yoga, medita y se busca la espiritualidad sino existe real
coherencia entre el estilo de vida y lo que se es y se hace. Y siempre diré que
la felicidad es vivir con tranquilidad, levantarse con metas y sueños por
cumplir, amar de modo honesto en todas las esferas y respetar la esencia ajena,
comprender y aprender de las pruebas de fe y avanzar ante lo que daña sin
lamentarlo porque el hombre conectado con el creador jamás está solo ni sin
faro.
Los invito a reflexionar y reavivar la “conciencia” que
opera dentro de cada quien si abres el interior hacia las enseñanzas del
creador y desarrollas convicciones para ser mejor persona. Queda prepararse
emocionalmente, reconocer errores con humildad y respetar a los demás sin
intentar cambiarlos y manteniendo la distancia de personas y situaciones
dañadas y nocivas emocionalmente.
Ahora les dejo esta bella melodía para que los acompañe,
espero les agrade
Que tengan un linda semana, ángeles para el camino y luz
para sus proyectos
Manjari (Bendiciones)
1 comentarios:
Excelente aporte Rosa María. Si bien hace unos buenos años las personas apreciaban más una educación en valores esenciales, hoy en día cuidarlos y practicarlos genera sorpresa (e incluso molestia) en las mayorías.
En adultos jóvenes, como yo, genera mucha sorpresa que un chico o una chica no sean asiduos a las discotecas y no quieran beber hasta perder la consciencia. Para el proceder de las mayorías esta actitud es anormal. Cada vez hay menos personas que disfrutan de una buena conversación, de una cita tranquila, de actividades distintas. Cada vez hay más personas con más planes para los fines de semana que planes personales, futuros. La conversación no sólo se ha banalizado por el contexto de las redes sociales, sino por la tendencia a ser "light" y mediocre, inculto.
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