LOS EFECTOS DE LA CARENCIA DE CONCIENCIA Y VALORES ESENCIALES (POST 340 DE INTELIGENCIA EMOCIONAL)


Queridos amigos de Zéfiro, el tema de hoy es “ Los efectos de la carencia de conciencia y valores esenciales” y va dedicado para Lucía, Verónica, Javier y Braulio, quienes esperan este post.
Si bien en estos tiempos la banalidad aumenta, la competencia enfermiza por demostrar estatus destruye las relaciones interpersonales y el amor real va perdiendo mayor terreno para darle paso al vacío emocional, el hombre debe mirarse y reconocer quién es, hacia donde va y recordar que fue creado para ser feliz, pero no dañando a nadie.
Y en consultas de coach emocional, talleres de grupo y las diversas asesorías que brindo he ido observando sin asombro, pero con lamento, como va en aumento la evasión de la conciencia y la anulación de los valores, porque no se inculcaron, no interesa aprender y tampoco existe reflexión hasta que no se llega a manos del terapeuta. Y hoy, desde Zéfiro veamos juntos, las formas más comunes de estos tiempos de vivir sin conciencia y sin reflexión.

1.- Buscar obsesivamente vivir en el placer, dejando de lado la realidad y la responsabilidad de asumir roles. Ocurre cada vez más en damas y varones con hijos, pero viven sumidos en la enfermiza obsesión de salir airoso (a) en una relación incorrecta e ilícita, haciendo de la mentira constante, la infidelidad y el descaro ante sus hijos algo parte del día a día, porque no lo piensan, ni lo reflexionan y todo en sus vidas camina de cabeza por apego absurdo a personas deshonestas y también enfermizas que los eligen de blanco para ser usadas (os)
Madres jóvenes que son amantes siendo casadas, hombres casados que viven saliendo con más de una mujer para alimentar el ego, etc se van haciendo costumbre y se comenta con los amigos como si fuese una acto de genialidad, cuando en realidad implica manchar el linaje, perder el don de gente, pisotear la palabra dama y perder totalmente el autoestima.

Y los hijos observan lo deshonesto, las peleas interminables, el desamor, la hipocresía, porque no se puede ser quien no se es ni vivir fingiendo y mantienen hogares dañados sin conciencia, sin real propósito de mejoría y no se puede llamar hogar a lo que es un caos cotidiano.

2.- Buscar el interés como estilo de vida: Conseguir todo de manera fácil, buscar una persona que les arregle la vida existió siempre, pero en estos tiempos, resulta impactante y escandaloso.
Observaba a una jovencita que antes usó a un tipo inestable y de baja autoestima hasta dejarlo endeudado por ella y luego de que la dejaron, buscó otro hombre igual para usar. Y esto se da con más frecuencia en personas sin empleo fijo, sin voluntad, sin ganas de superación y sin voluntad, porque se asemejan a los parásitos para vivir de otros y carecen de mundo propio y empuje sin conciencia y vivir de las apariencias es lo que los mueve emocionalmente.

3.- Evadir mirarse para proceder según las exigencias emocionales: Nadie es perfecto, pero que triste es observar tantas personas que actúan con deshonestidad, no se inmutan ante quien dañan y no respetan a nadie ni la condición que viven. Desde las diversas esferas, la deshonestidad para fines egoístas camina sin pausa en labores, hogares y los sentimientos sin valores solo son euforia y deseo momentáneo que solo tras perder y dañar las personas equivocadas podrán ver.

4.- Ejercer profesión sin pasión, sin fuerza y sin respeto por el servicio: Indiferencia, rutina, manipulación, burla y ventaja es lo que mucha gente llamada profesional del rubro que sea brinda cada día, porque sus prioridades son solo banales o porque la amargura y la frustración saca lo peor de sí mismos. Por ejemplo, docentes que dejaron de prepararse y no se esmeran por dar lo mejor de sí, especialistas de la salud que no tienen paciencia ni para escuchar y menos para esforzarse por guiar realmente a sus pacientes porque sus mentes no se centran en ellos realmente, personas con poder que hacen de la corrupción una decisión porque la mayoría lo hace.  Y escudarse tras un rango, lugar o posición es sencillo, pero siempre llega un momento en que el tiempo hace su parte y nadie escapa ni escapará de las consecuencias de sus actos.

5.- Comunicación insana, plagada de mensajes ambiguos, juegos patológicos con el prójimo por el deseo de poder, control y alimentar el ego que aumenta en la masa como pandemia. Y cuando las personas carecen de autoestima, pensamiento claro, convicciones y fuerza interior, sucumbe a este tipo de actitudes y camina por la vida dañando, dañándose y excusándose siempre en el miedo, ignorancia o sencillamente en los malos momentos.

6.- Aumento de la promiscuidad y exposición narcisa para estimular el deseo y bajas pasiones. Y en aplicaciones de chat invertir tiempo en exponer el cuerpo en incontables fotos para desatar erotismo (salvo que sea parte del trabajo de modelaje de una persona), cada día se ve en personas más menores y el culto a cuerpo y la necesidad de generar excitación en otros es la consigna.
Es así  más distante el respeto y decoro y lo que representa una dama y caballero real. Y es que libertad no implica excesos ni ser quien no se es, pero cuando tanta gente se pregunta sufriendo en consulta ¿por qué no los valoran?, cuando el terapeuta les dice las razones, pareciera que en primera instancia no lo aceptan, pero con el paso de las terapias terminan por asumir que estar vacíos por dentro, sin sueños reales ni mundo propio los lleva a ser quienes no son o luchar por elevar el ego por miedo al fracaso y rechazo.

7.- Padres indiferentes y sin voluntad por brindar guía real a sus hijos: Regalar un video juego desde que los hijos son pequeños, no ser capaces de leerles ni un cuento, hablar con ellos solo para ordenar, alimentarlos con lo que es más fácil, exigirles que sean lo que ellos no fueron, criticarlos por su cero paciencia y vestirlos bonito para la foto, pero abandonarlos en la real y buena comunicación con valores es lo que va en aumento.

Las consecuencias: hijos procastinadores, no responsables, con más casos de ludopatía, ansiedad, ansiedad alta, problemas de concentración, miedo a tomar decisiones, lenguaje banal y alienado, sin claridad en cómo vivir son las consecuencias más comunes
Y si bien nadie mejora de un día para otro, de nada vale decir que se hace yoga, medita y se busca la espiritualidad sino existe real coherencia entre el estilo de vida y lo que se es y se hace. Y siempre diré que la felicidad es vivir con tranquilidad, levantarse con metas y sueños por cumplir, amar de modo honesto en todas las esferas y respetar la esencia ajena, comprender y aprender de las pruebas de fe y avanzar ante lo que daña sin lamentarlo porque el hombre conectado con el creador jamás está solo ni sin faro.

Los invito a reflexionar y reavivar la “conciencia” que opera dentro de cada quien si abres el interior hacia las enseñanzas del creador y desarrollas convicciones para ser mejor persona. Queda prepararse emocionalmente, reconocer errores con humildad y respetar a los demás sin intentar cambiarlos y manteniendo la distancia de personas y situaciones dañadas y nocivas emocionalmente.

Ahora les dejo esta bella melodía para que los acompañe, espero les agrade

Que tengan un linda semana, ángeles para el camino y luz para sus proyectos
Manjari (Bendiciones)





1 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente aporte Rosa María. Si bien hace unos buenos años las personas apreciaban más una educación en valores esenciales, hoy en día cuidarlos y practicarlos genera sorpresa (e incluso molestia) en las mayorías.

En adultos jóvenes, como yo, genera mucha sorpresa que un chico o una chica no sean asiduos a las discotecas y no quieran beber hasta perder la consciencia. Para el proceder de las mayorías esta actitud es anormal. Cada vez hay menos personas que disfrutan de una buena conversación, de una cita tranquila, de actividades distintas. Cada vez hay más personas con más planes para los fines de semana que planes personales, futuros. La conversación no sólo se ha banalizado por el contexto de las redes sociales, sino por la tendencia a ser "light" y mediocre, inculto.