Queridos amigos, el tema de hoy es “Parejas vengativas” y
va dedicado para Carlos, Mauricio, Marcos, Cecilia y Ofelia, quienes esperan
este post.
Cuando en una relación afectiva jamás existió admiración
emocional, ni afinidad en valores e intelecto, resulta más complicado que esta
sea exitosa, porque la base de toda relación es la buena comunicación.
Sin embargo, a
veces, muchas de estas parejas pasaron a la fase convivencia, matrimonio y
algunas de ellas se unieron solo porque tuvieron un hijo. Por ello, desde
Zéfiro los invito a reflexionar acerca del perfil emocional de aquellas parejas
que viven conscientes de no ser amados (as), pero han optado por la venganza y
obstinación antes que asumir la realidad.
PERFIL DE LAS PAREJAS VENGATIVAS, DE PENSAMIENTO RÍGIDO Y
VENGATIVAS (OS)
1.- Celotípicos (as) y posesivos (as): Existen personas
que poseen una pareja y tienen claro que no son amados (as), no solo porque lo
perciben por la distancia afectiva de la pareja, sino porque esta se comunica
poco con ellos (ellas).
Por tanto, viven sin paz, con celos sin control,
irritabilidad y exigiendo a la pareja constante cumplimiento de reglas. Les
molesta que la pareja tenga amistades del sexo opuesto, pide ayuda para todo y
busca que su pareja se ocupe en demasia de resolver sus problemas. ¿la razón?:
Su constante inseguridad y complejos de apariencia harán
que dude de todas las personas que su pareja conozca. Y es que quien se sabe no
amado (a) ha elegido el tormento consciente antes que asumir la verdad con
humildad y madurez emocional.
2.- Manipulación, chantaje emocional: Cuando una mujer u
hombre no asume que su pareja no lo ame, cuando no lo acepta, el rencor crece y
este será la base para que cometa todo tipo de atropellos para retener a la
pareja.
Por ejemplo, si la pareja convive o es casada, la parte
conflictiva intentará que su pareja asuma mayores responsabilidades económicas
y que también invierta mucho más tiempo en situaciones de familia. La idea es
mantenerlo (a) cercado (a), comprometido (a), por culpa y bajo amenaza
constante.
Una forma de manipular a la pareja es con los hijos si se
tienen y con temas de salud; en el primer caso, la pareja vengativa y egoísta
usará a los hijos de escudo para argumentar que si se corta la relación así no
se amen, estos vivirán traumas eternos. Sin embargo, resulta curioso como la
parte que se sabe no amada suele hablar mal a los hijos del padre o madre.
Cabe resaltar que suele ser más frecuente que este tipo
de actitudes se de en mujeres de baja autoestima y perfiles psicopáticos,
porque preferirán ver a la pareja infeliz y serlo ellas mismas antes que romper
la relación. No existe amor, pero existe apego al qué dirán y no soportan el
rechazo, reemplazo ni olvido.
Otra estrategia de manipulación y chantaje constante es
apelar a males de salud, a echarla la culpa a la pareja de estos e intentar
usar a la familia de la pareja para que se una a su causa de deseo de atención.
3.- Mal manejo del dinero adrede: Una pareja vengativa y
de pensamiento rígido intentará que su pareja gaste mucho dinero en
“responsabilidades” que en apariencia debe cumplir. Por ejemplo, si es madre,
buscará comprar las cosas más caras bajo el pretexto de: “Tu hijo necesita lo
mejor, es lo mínimo que debes hacer”.
Es interesante observar como este perfil de gente siempre
busca más actividades para su hijo, nunca le alcanza el dinero y nunca asume
errores sobre los gastos. En el fondo, la idea es que la pareja viva ajustado
de dinero y así no pueda salir con alguien más o desista de sus planes de
romper la relación.
Y muchos varones y damas que viven algo así, temen el
conflicto y se dejan maltratar, no ponen límites ni apelan a leyes para vivir
más en paz.
Es muy común que este tipo de pareja no quiera trabajar o
tenga trabajos eventuales bajo mil pretextos, busca ser dependiente para no ser
abandonado (a), pero en realidad su ira, rencor y baja autoestima, así como
ansiedad no le permite ver la vida con independencia y mucho menos madurez.
4.- Hipocresía ante la familia: Este tipo de parejas
busca quedar como víctima ante los familiares de la pareja que desea retener,
se comporta con mucha amabilidad, esconde su real perfil, es hipócrita y busca
quedar bien con los padres de la pareja para sentirse apoyado (a).
Incluso llegan al punto de negar cualquier tipo de
acusación de la pareja y son de los (las) que llaman a los padres de la pareja
o hermanos para quejarse siempre de lo
mal que se sienten porque en apariencia la pareja no pone de su parte.
5.- Reclamos constantes y peleas sobre el mismo tema:
Cuando este tipo de personas nota que su pareja es más determinante y deja las
cosas en claro sobre la relación y carencia de sentimientos, esta no lo soportan,
discuten amargamente, lanzan los mismos argumentos, preparan medidas de
chantaje nuevo y esperan a que las aguas se apacigüen, pero jamás aceptarán la
palabra separación y mucho menos mudarse o divorciarse, porque sienten que
pierden, el ego los desquicia y el odio les impide asumir que tal vez jamás
fueron amados (as), lo sabían, pero no quisieron admitirlo y van por la vida
dañando y enfermando a su entorno, mucho peor la situación si tuviesen hijos.
En algunos casos, este tipo de personas puede llegar a
ser violenta, pero manipularán las cosas de tal modo que la familia y amigos
crean que quien ha sido violento (a) ha sido la otra parte.
¿QUÉ HACER?
Siempre diré que la vida es un regalo y que vivir en paz
consigo mismo es una decisión. Por tanto, quienes optan por vivir en el caos de
las peleas, reclamos, irritabilidad, depresión y sin alegría, no solo poseen
baja autoestima, son personas sin aspiraciones ni madurez emocional.
Lo ideal es que la pareja luche por mejorar la relación
si existe el sentimiento, si existe admiración emocional. En pareja se negocia,
se escucha, se tolera, se aprende juntos, pero si se llega a un punto en que no
se soporta ni la voz de la pareja, no provoca hablar con ella (él), cero
conexión en todo sentido y ganas de verlo
(a) poco y evadirlo (a), no hay nada que hacer y es masoquista resignarse a
mantener una relación por miedo de asumir la realidad.
Y si fuese el caso que los une un hijo o varios, es
importante que jamás se permita que la parte necia no los use de escudo, jamás
permitir que las criaturas armen bandos. En el caso de las parejas vengativas,
estas suelen hablarle a la criatura mal del padre o de la madre y si se
detecta, tomar medidas. Lo mejor es hablar con las criaturas, expresar la
verdad, los niños no son tontos, observan y decirles que la pareja es alterada
y que no desea que por ello la relación se dañe si existe una separación es
importante.
Lo que ocurre en países como el nuestro, prisioneros de
los prejuicios es que en parejas, la parte maltratada o ambas siempre busca
tapar las cosas, mentir, fingir y ello solo conduce a que con los años, los
niños juzguen sin comprender, sin saber la verdad. Lo ideal es decirles cosas
como “Uno se compromete pensando que las cosas irán bien, pero si una pareja no
se lleva bien, ni se tolera, sino conversan, si no son afines pelear siempre no
es sano, no se vive para ser infeliz y el hecho de ser padre o madre no
desaparece, pero es mejor darte todo el amor del mundo y que comprendas que una
ruptura no tiene que ver con que no te amamos sino que ambos necesitamos vivir
en paz y ello no cambiará que te busquemos atender, hacer feliz”.
Es necesario además explicarle a los hijos bien clarito
las responsabilidades económicas que corresponden y decirles claro que no se tolerará
que hagan de soldado de la madre o padre para continuar con la venganza de esta
(e).
Miles de padres creen que decir esto es muy fuerte, que
los niños no lo soportarán y el gran error es vivir de la mentira, porque un
niño madura cuando se habla con la verdad, cuando se le enseña a respetar la
integridad de cada quien, cuando se le habla de cómo es la vida, de lo que es
correcto y no correcto. Mientras que un niño en ignorancia toma las causas de
la madre o padre que le miente o manipula.
Me contaba un padre de familia que su ex pareja le
hablaba mal de él a su hijo mayor y este lo odiaba, que no contestaba el
teléfono y este señor calló por años todos los atropellos que ella cometió,
pero por proteger su imagen ahora el chico imagina cosas que no son ciertas y
lo pierde día a día. Y es que el precio de no hablar, de no caminar con la
verdad y no amarse es este, las malas interpretaciones, las injusticias y el
trato inmerecido.
En general a los hombres se les enseñó a callar porque no
se debería hablar mal de una mujer, pero desde Zéfiro los invito a reflexionar
y amarse, darse su lugar y ver la vida con madurez y responsabilidad.
En los casos donde los varones son quienes manipulan para
no romper la relación, estos suelen apelar al chantaje económico, a impedir que
la mujer logre ser independiente bajo el pretexto de que debe cuidar a toda
hora a sus hijos. Otra forma de vengarse de ellas es no solo serle infiel, sino
hacerle creer que se lo debe todo, estudios, casa, comida y por tanto le debe
seguir manteniendo la relación.
Amar es una decisión, un aprendizaje y como todo en la
vida requiere fuerza, convicción y dignidad. Y quienes deciden vivir atados al
dolor absurdo, lamer heridas, quejarse siempre y maximizar siempre los
problemas, no solo carecen de autoestima sino de profundidad y madurez, porque
cada quien hace de sus días lo que en el fondo cree que merece.
Ahora les dejo esta clásico de canción para que recuerden
que siempre es preciso renovar la existencia para tener paz por dentro y
recordar que el creador sabe lo que es correcto, justo y lo que merece cada
bien.
Que tengan una linda semana, ángeles para el camino, luz
para sus proyectos
Manjari (Bendiciones)
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